De nuevo, para que el tratamiento sea exitoso, continuidad en el
tratamiento es esencial. La
investigación ha demostrado que resultados son más favorables cuando el
tratamiento se inicia durante el
encarcelamiento y continua en la re-entrada en la comunidad. Por
ejemplo, aquí vemos que tres años post-tratamiento, aquellos que
recibieron tratamiento en la prisión seguido por tratamiento basado en
la comunidad fueron más probable que estuvieran libres de drogas y de
arrestos 3 años después de la liberación comprados con aquellos que no
participaron en el tratamiento o con sólo aquellos tratados durante el
encarcelamiento.