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En 1995, 75%
de Americanos adultos con discapacidades estuvieron desempleados
(Consejo Nacional de Discapacidad, 1996).
Cuando raza
se introduce a la ecuación, la disparidad es aún mayor.
En 1992, la tasa de empleo de tiempo completo fue:
•- Blancos
con discapacidades, 15.9%;
•- Hispanos
con discapacidades, 8.2%;
•- Afro-Amerivcanos
con discapacidades, sólo 7.2%
(Braddock &
Bachelder, 1994).
De aquellos
con edades entre 18-64, las personas con discapacidades son mucho
menos probable que sean empleados (de tiempo completo o parcial) que
pèrsonas sin discapacidades (32% contra 81% respectivamente). Esta
brecha de 49 puntos porcentuales es la más grande de todas las
diferencias y puede ayuda a explicar la persistencia de otras
diferencias en ingreso, entretenimiento y atención en salud.
La presencia de discapacidad parece ser un factor principal en determinar estas diferencias en epleo. 43% de las personas con discapacidades dicen que son incapacaes completamente de trabajar debido a su discapacidad o a su problema de salud. Además, a discapacidad más severa mnor probabilidad de que una personas discapacitada sea empleada.
Personas con
discapacidades leves son 8 veces más probales que sean empleadas que
personas con discapacidades severas (64% contra 8% respectivamente),
pero aún son menos probable que sean empleados que personas sin
discpapacidades.
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