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La capacidad de la
región para controlar enfermedades transmitidas por vector aparentemente se
ha debilitado, en parte debido a la falta de sistemas establecidos para
reunir, almacenar, procesar e interpretar datos epidemiológicos y
capacidades de diagnóstico y de laboratorio para generar datos confiables.
Adicionalmente, a la capacidad disminuída para controlar enfermedades
transmitidas por vectores, está el elevado riesgo de epidemias de dengue
también como de fiebre hemorrágica de dengue, posterior a un huracán. En
suma, desastres naturales como los huaracanes, inevitablemente causan la
interrupción de los programas de control de vectores y la creación de
nuevos habitats para los mosquitos, incrementando el riesgo de transmisión
del dengue. Los riesgos a la salud por la fiebre de dengue pueden ser
substancialmente disminuídos con la mejora en la vigilancia y prevención
basad en la comunidad y los programas de control.
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