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Tradicionalmente el niño fue considerado
desde la perspectiva de su enfermedad en general y desde
la afectación de sus órganos en particular. En la
realidad, los problemas que afectan al niño están
condicionados por su situación particular, su relación
con su entorno inmediato (fundamentalmente su familia y
sus pares) y con el medio ambiente. Esta situación está
a su vez condicionada por los cambios dinámicos
asociados al crecimiento y desarrollo y el proceso de
transición epidemiológica en el cual esté inmerso. De
esta manera, la epidemiología provee la base para
definir los contextos y caracterizar los riesgos a los
cuales estén expuestos y los problemas que afectan a
esta población en las diferentes etapas del ciclo de la
vida. Finalmente, esta percepción integral
del individuo debe corresponderse con una modalidad integral
de atención desde los servicios de salud. |