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Lactar
conlleva el significativo riesgo de transmisión madre-hijo, especialmente en
madre infectadas durante el embarazo o postparto. De hecho, lactancia es
responsable de más del 50% de los nuevos casos pediátricos de VIH cada año.
Mujeres que no están infectadas por el VIH o cuyo status de infección de VIH
es desconocido deberán lactar a sus niños por 6 meses para reducir la
morbimortalidad por diarrea, infecciones respiratorias y otras infecciones
relacionadas con no lactar. Al mismo tiempo, el uso de prácticas sexuales
seguras, incluyendo el uso consistente del condón, deberán reforzarse
durante la lactancia para prevenir infección materna primaria por VIH. En
mujeres con infección aguda por VIH quienes estén lactando, hay un riesgo
del 29% de transmisión al neonato. En mujeres, que están VIH-infectadas,
deberá eviatarse la lactancia si segura y reales alternativas están
disponibles. Sin embargo, en muchas áreas con recursos limitados, no existen
buenas alternativas para suspender la lactancia, aunque estará asociado con
enfermedades y muerte no relacionadas con VIH e incrementado estigma para la
madre. Ha habido una atención creciente a factores de riesgo específicos
para la transmisión asociadad con lactancia e incorporación de esta
información para ayudar a reo ducir el riesgo cuando la lactancia es deseada.
Todas las nuevas madres deberán ser instruídas de cómo lactar apropiadamente
y buscar tratamiento precoz si desarrollan posibles infecciones del seno,
dolor de mamas, o grietas de pezones o si sus niños desarrollan lesiones
orales, tales com aftas. Debido a estudios recientes, mostrando un
incrementado riesgo de transmisión asociado con lactancia y alimentación con
fórmula, y debido a que el riesgo de transmisión se incrementa conforme se
incrementa el tiempo de lactancia, recomendaciones sobre alimentar
exclusivamente al seno materno por 6 meses con rápido destet y transición a
alimentación sustituta. |