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La primera
referencia conocida de la colocación de un catéter en la arteria pulmonar
data de 1947. Los primeros catéteres usados eran muy duros, difíciles de
manipular y requerían fluoroscopía y gran destreza técnica. No es sino hasta
en 1970 cuando Swan y Ganz publicaron sus resultados con un nuevo catéter de
polivinilo de doble luz con un globo pequeño de látex, localizado a 1cm de
la punta del catéter. Posteriormente este catéter fué mejorado con la
adición de un termistor para valoración del gasto cardíaco.
El CAP no es de gran ayuda en el diagnóstico de isquemia miocárdica.
Aunque existe controversia en el uso de rutina del CAP y su validez,
cualquier institución que lleve a cabo cirugía cardíaca debe de tener la
capacidad para medir presiones de llenado o gasto cardiaco, sea con un CAP o
una línea auricular izquierda, esta última peligrosa en pacientes con
hipertensión pulmonar y resistencia vascular pulmonar aumentada donde hay un
gradiente entre la presión diastólica final de la arteria pulmonar y la PCP.
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