Evidencia
más persuasiva para el ambiente viene de los cambios dramáticos en
riesgo de cáncer entre
poblaciones migrantes. En estudios de
cáncer de mama en mujeres Américo Asiáticas efectuado por Regina Ziegler
encontramos que los riesgos variaron hasta por 6 veces, siendo el más
bajo cuando las migrantes y todos los 4 abuelos de ellos – a la
izquierda nacieron en partes rurales del Este y vivieron menos de 8 años
en el Oeste, y más altos cuando migrantes nacidos en el Oeste junto con
al menos 3 abuelos. En el último grupo las tasas de incidencia fueron
tan altas como en la población
blanca de EUA. Y los factores subyacentes a este efecto migratorio no
son completamente claros, pero parecen relacionados
al menos parcialmente a las historias reproductivas cambiantes y
hormonas endógenas, aumento corporal en peso y talla y factores
dietéticos. No podemos asegurar que las grasas en la dieta, las cuales
mencionó Alice Whittemore esta
mañana, pero hemos visto un efecto, aparentemente protector de la soya,
especialmente cuando se consume durante la infancia.