En una serie
de estudios de casos y controles fuimos capaces de identificar algunos
contaminantes
ambientales dentro de
viviendas como carcinogénicos respiratorios entre mujeres no
fumadoras, especialmente aquellas viviendo en casas pobremente
ventiladas. Estos incluyeron productos de combustión de carbón generados
por cocinar y dar calor, vapores liberados de ciertos aceites de cocina
usados en cocidos de alta temperatura.
Y Curt Harris vino en nuestra ayuda y analizó los químicos
volátiles que estaban en los vapores y encontró un “festival” de
cancerígenos y mutágenos, incluyendo el 1,3-butadiene
y Benceno. Y también
estudiamos personas que residían en lo que llamamos casas subterráneas o
cavernas y los riesgos estuvieron
asociados con altos niveles de radón en esas casas en particular. Así
estos estudios dieron lugar a que la reciente evaluación del IARC
clasificara a productos de combustión en casa en el Grupo 1 de
carcinogénicos humanos. Los hallazgos son especialmente importantes ya
que la mitad de la población mundial usa combustibles sólidos (como
carbón y biomasa) para cocinar y dar calor. Los estudios también
ilustran las oportunidades únicas en países en desarrollo para descubrir
riesgos asociados con exposiciones que son mucho más bajas y más
difíciles de evaluar en este país.