El laboratorio de higiene demostró
su utilidad en 1891 cuando fue trasladado a Washington, DC, y su
nombre gradualmente en el único Laboratorio de Higiene. En 1894,
Kinyoun viajó a Europa para aprender como se hacía la antitoxina
diftérica. Escribió muy entusiasmado de que deberían comprar un
caballo para iniciar la producción. Después de la antitoxina
diftérica, el Laboratorio inició por preparar vacunas contra rabia y
viruela, y experimentó para mejorarlas. Autoridades locales y
estatales fueron instruidas en los procedimientos de fabricación.