Durante la guerra, virtualmente
todos los laboratorios del INS re-dirigieron sus investigaciones
hacia
problemas relacionados a la guerra. Investigación para el frente, se
enfocó primariamente en problemas médicos entre trabajadores en la
industria de guerra – aquellas que producían aeroplanos, barcos,
tanques, municiones, goma sintética, plasticos y cosas semejantes.
Investigación sobre la toxicidad de varios productos con los cuales
los trabajadores estaban en contacto resultaron en más de 85
publicaciones científicas. Un
comentarista noto que, “como directo resultado de sus condiciones de
trabajo en el empleo para más de 300,000 trabajadores en la
industria de la defensa definitivamente han mejorado”.